18 años y sin saber qué hacer
Graduarse de educación media y no saber muy bien qué hacer a continuación es una situación muy recurrente entre los jóvenes. En ese punto se sienten perdidos, sin saber exactamente qué quieren hacer o si decidieron continuar con los estudios no están del todo conformes con lo que van a estudiar.
La sociedad trata a este momento como si fuera necesariamente uno de los más importantes de la vida de cada uno, y que va a determinar todo el futuro de esa persona. Esto podría ser así, pero no tiene que aplicar a todos los casos. Es una presión muy grande porque se inculca que hay que seguir un solo camino para toda la vida.
En definitiva, el camino más obvio es acceder a la educación superior de inmediato. Aquí se podría presentar el deseo de estudiar en una institución pública, o una privada. En ambos casos hace falta pagar primero la matrícula, que es lo más costoso. Evidentemente, en las instituciones públicas el costo es bastante inferior.

En ocasiones, no se cuenta con el dinero para ello incluso o al menos no con la suficiente soltura. Una manera de asegurar el pago de la matrícula es emplear los minicréditos, y luego ir pagando el préstamo poco a poco. Es una forma sencilla y viable de continuar los estudios resolviendo el problema económico.
Por otro lado, están los que no desean estudiar sino conseguir dinero de alguna forma. En ocasiones se trata de personas que quieren de una vez inciar en el campo laboral porque ya llevan un tiempo con un oficio, o al menos ya tienen un poco definido qué es lo que quieren hacer.
A veces podría ser complicado si no están buscando trabajar para otra persona, sino más bien empezar sus propios proyectos. Es muy difícil tener un capital acumulado a esta edad, a menos que provenga de los padres, aunque es normal querer empezar todo por cuenta propia.
Puede parecer un callejón sin salida, pero hay prestamistas que dan financiamiento a este tipo de proyectos. Es una opción ideal porque son montos relativamente pequeños, y no tienen intereses siempre que se paguen a tiempo. Así, es una manera muy segura de acceder a un capital.
Este capital se podría invertir primero en formación complementaria y necesaria para tener una base para el negocio, y luego para adquirir materiales que se van a emplear en la producción. A veces esto último puede consumir un poco más de dinero por ensayo y error.